ISSN 0798-2968 versión impresa
La era de Vargas, la cara del populismo en Brasil
Alejandro Mendible Zurita
Universidad Central de Venezuela
Resumen:
En
Brasil, el presidente Getúlio Vargas encarna como ningún otro político
el período populista. Su acción protagónica se extiende desde su
proyección en el escenario político nacional como el principal líder de
la Revolución de 1930 hasta su impactante suicidio el 24 de agosto de
1954. En ese tiempo es el manipulador y coordinador más prominente de un
amplio movimiento de transformación que impulsa el cambio de un país
rural dominado por las oligarquías paulista del café y ganadera de Minas
Gerais, a otro industrializado y urbanizado. Vargas es considerado como
uno de los presidentes de mayor influencia en el Brasil Contemporáneo y
con él surge el nuevo estado brasileño.
Palabras claves: Brasil, populismo, urbanismo, industrialización, carisma, Getúlio Vargas
The Vargas era, the face of populism in Brazil
Alejandro Mendible Zurita
Abstract:
I
Brazil, President Getúlio Vargas represents as no other politician the
populist period. Its leadership attitude and actions are present since
its appearance on the country's political arena as the main leader of
the 1930 Revolution until his shocking suicide on August 24, 1954. By
that time, he was the truly the puppet master of a country-wide movement
of transformation that changed Brazil from a rural country dominated by
the coffee oligarchies from Sao Paulo and large cattle farmers from
Minas Gerais, to an industrialized and urbanized country. Vargas is
considered one the presidents with largest influence on contemporary
Brazil and responsible for the emergence of the new Brazilian State.
Keywords: Brazil, populism, urbanization, industrialization, charisma, Getúlio Vargas.
L'ère de Vargas: le visage du populisme au brésil
Alejandro Mendible Zurita
Résumé:
Au
Brésil, le président Getúlio Vargas incarne comme personne d'autre la
période populiste. Son influence s'est fait sentir dans la scène
politique nationale, non seulement lors de la Révolution de 1930, dont
il était le leader principal, mais aussi jusqu'à la fin de sa vie, par
un suicide le 24 août 1954. Depuis l'époque de la Révolution, Vargas
manipule et coordonne de façon remarquable un large mouvement de
transformation qui favorise le passage d'un pays rural, contrôlé par
l'oligarchie pauliste du café et celle de l'élevage des Mines Gerais,
à un pays industrialisé et urbanisé. Vargas est considéré comme l'un
des présidents les plus importants du Brésil contemporain: c'est sous
son mandat qu'a vu le jour le nouvel état brésilien.
Mots-clés: Brésil, populisme, urbanisme, industrialisation, charisme, Getúlio Vargas.
En
el último día de octubre de 1930, Getúlio Dornelles Vargas hacía su
entrada triunfal en Río de Janeiro, tenía 47 años de edad, era pequeño
de estatura: de 1,60 cm de alto, poseía amplias espaldas y ademanes
calmados, vestía uniforme militar, lucía un pañuelo rojo alrededor del
cuello y en su cabeza portaba un sombrero gaucho de alas largas. A pesar
de que el futuro "jefe" del gobierno provisorio venía desde Río Grande
do Sul, en tren, en una jornada ruidosa y apoteósica, muchos de sus
aliados gauchos cubrieron el trayecto de casi 1.500 kilómetros a
caballo.1 Pocos días después, el 3 de noviembre, Vargas asume
la presidencia, y en su discurso de toma de posesión señala 17 puntos
que constituirían el norte de su gestión, entre ellos destaca el
saneamiento físico y moral, la extirpación de los agentes de corrupción,
la defensa social, educativa, sanitaria y manifiesta su voluntad en
democratizar el Brasil.
Se
abría así la era de Vargas, que duraría hasta su impactante suicidio la
madrugada del 24 de agosto de 1954. Durante su gestión personalizó en
alto grado el poder presidencial, marcando un sello trascendente y
quedando en la historia del Brasil como uno de los más influyentes
gobernantes del siglo XX. Actuó por veinte años como el gran articulador
político del nuevo polo emergente socio político del Brasil y fue el
principal actor del cambio de orientación populista que impulsó la
transformación de un país rural agro exportador de café a otro urbano en
vías de industrialización.
El
populismo en Brasil es producto de la larga etapa de transformaciones
por la que pasa su sociedad desde 1930. El fenómeno se presenta como la
expresión del período de crisis de la oligarquía y del liberalismo,
siempre muy afines en la historia brasileña, y del proceso de
democratización del Estado, que a su vez tienen que apoyarse en algún
tipo de autoritarismo como ocurrió durante la dictadura institucional de
Vargas en el Estado Novo. Después, la tendencia populista se marca con
mayor intensidad a partir de 1950, cuando Vargas gana las elecciones y
llega a la presidencia expresando que lo hacía, "no como político sino
como líder de masas".
Vargas,
para cambiar la imagen de dictador que tenía en 1945, y proyectar una
nueva de gobernante democrático, incursiona en la actuación populista,
la cual, progresivamente se va radicalizando. El populismo, según un
estudioso del período, el historiador brasileño Francisco Weffort, se
caracterizaba como un fenómeno político que asumió diversas facetas,
frecuentemente contradictorias y logró establecer la ampliación de las
bases del Estado brasileño. Según este autor, el populismo brasileño fue
una estructura institucional de tipo autoritario y semicorporativa;
orientación política de tendencia nacionalista, antiliberal y
antioligárquica; orientación económica de tendencia nacionalista e
industrialista; composición social policlasista, pero con apoyo
mayoritario de las clases medias.2
LOS ANTECEDENTES PERSONALES DE GETÚLIO VARGAS
Hasta
1930, Vargas, no se había proyectado como un líder carismático de
dimensiones nacionales; no obstante haber ocupado posiciones políticas
importantes. Había nacido en la pequeña ciudad de São Borja fronteriza
con Argentina, el 19 de abril de 1883. Este pueblo fue uno de los siete
fundado por las Misiones Jesuitas en el marco de la acción misional
española en la parte oriental, pero posteriormente, pasó a ser posesión
portuguesa, mediante el Tratado de Madrid de 1750.3 Algunos
de sus biógrafos destacan su lugar de origen como una posible influencia
en su inclinación caudillista presente durante su vida política. Su
padre, Evaristo Vargas, participó en la Guerra del Paraguay entre 1864 y
1870.4 Con relación al apellido domina la descendencia canaria y pueden encontrarse vínculos familiares con los Vargas de Venezuela.5 Recordemos que el primer presidente civil en la historia de nuestro país fue el Dr. José María Vargas, en 1835.
La
Revolución de 1930 es el primer movimiento de dimensiones nacionales en
Brasil, ...se convirtió en una divisoria de aguas que alteró las
instituciones liberales existentes en el país.
En
su juventud Vargas intentó ser militar, pero poco después lo dejó para
interesarse por el estudio de derecho y se convirtió en abogado, en
1907, iniciando su ejercicio profesional en la ciudad de Porto Alegre,
la capital del Estado ganadero de Río Grande do Sul. En esta ciudad
ingresó a la actividad política bajo la protección de Julio de
Castilhos, el más influyente coronel en el Estado y una representación
viva de la modalidad autoritaria que el pensamiento positivista había
alcanzado en esta región.6 Respaldado por Castillo, se
convierte primero en Gobernador del Estado y después, a finales de la
década del 20, asciende a Ministro de Hacienda del presidente Washington
Luis. Luego deja el gobierno en 1929 para presentarse como candidato a
la Presidencia de la República en la fórmula organizada por el
movimiento de la "Alianza Liberal". El movimiento era una plataforma
electoral integrada por los sectores excluidos de la "República del Café
con Leche", mote con el cual se calificaba a los dueños del poder
durante la Vieja República: la oligarquía del café de São Paulo y la de
los ganaderos de Minas Gerais. El movimiento era inicialmente reformista
y sólo pretendía a atender, en mínima parte, las aspiraciones populares
y, en lo fundamental, buscaba anticiparse a un posible movimiento
popular.
La
Revolución de 1930 es el primer gran movimiento de dimensiones
nacionales en Brasil, y marca un punto de ruptura entre dos épocas. Con
anterioridad, la Independencia ocurrida el 7 de septiembre de 1822, y el
surgimiento de la República el 15 de noviembre de 1889 fueron fechas de
transición operadas dentro del seno de las elites gobernantes. La
Revolución de 1930 es considerada por algunos historiadores brasileños
como una breve discontinuidad dentro de una larga continuidad
caracterizada por pactos selectivos de las elites. Para Weffort, en la
formación social de Brasil en 1930 existía una contradicción básica
entre el sector agrario exportador, representado por el latifundio
semifeudal asociado al imperialismo, y los intereses volcados hacia el
mercado interno, representado por la "burguesía". Esta contradicción la
resuelve la revolución a favor de los intereses de la burguesía.7
Sin embargo, la gran crisis internacional derivada del "crash" de la
Bolsa de Nueva York en 29 fue el factor determinante del levantamiento
popular, debido a sus efectos devastadores sobre la economía del Brasil,
dominada por la exportación del café. Esta situación causó el
surgimiento de un nuevo tipo de estado que en medio de la crisis
existente, busca nuevas respuestas a la situación creada por el colapso
de la economía agraria. Esta coyuntura agudiza las contradicciones
acumuladas durante el período de la Vieja República (1889-1930). En
dichas décadas se forma en los Estados relegados el cuestionamiento a la
posición privilegiada de las oligarquías de São Paulo, y Minas Gerais.
Esta actitud era cuestionada por los estados de Río Grande do Sul y los
del Nordeste. Incluso, en el Estado de São Paulo, el partido dominante,
el Partido Republicano Paulista (PPP), se dividió y se formó uno nuevo,
el Partido Democrático. Por otra parte, las oligarquías dominantes del
café, en São Paulo y la del ganado en Minas Gerais, entraron en
desavenencias en las elecciones de 1929, cuando la candidatura
presidencial que según la Política de gobernadores -establecido desde
1902 por el Presidente Campos Sales- le correspondía por rotación a
Antonio Carlos de Andrade, representante del Estado de Minas Gerais. En
1929, el presidente Washington Luis, de São Paulo, se negó a honrar el
acuerdo y propuso para la primera magistratura a otro paulista, Julio
Prestes. En esas elecciones, como se ha señalado, Getúlio Vargas resultó
derrotado por amplio margen, por el candidato del gobierno.
VARGAS, PRESIDENTE DE FACTO EN UN ESTADO DE COMPROMISOS
La
Revolución de 1930 se convirtió en una divisoria de aguas que alteró
las instituciones liberales existentes en el país. El movimiento estalló
en los Estados de Río de Grande do Sul, Minas Gerais y Paraíba. Según,
Boris
Fausto, un estudioso del evento: "no tiene en la historia del Brasil
otro que se le pueda comparar en rapidez, extensión y profundas
consecuencias en la vida nacional. Desde este punto de vista es el más
importante de la historia del Brasil."8
En
Brasil, el desenvolvimiento liberal venía siendo distorsionado desde
1906, cuando los productores de café logran el Acuerdo de Taubaté,
mediante el cual manipulan los intereses económicos del Estado para
favorecer sus propios intereses. Pero la profunda crisis generada a
partir del 30 impulsa al nuevo gobierno a buscar la diversificación de
la economía y nuevos ingresos para suplir la caída vertiginosa del café.
La política de diversificación fue recomendada en 1931 en "The Niemeyer
Report" (El Reporte Niemeyer), el cual fue publicado después de que el
economista inglés, Otto Niemeyer, fuera invitado al Brasil por el
gobierno, para el estudio de la precaria situación económica en que se
encontraba el país, y a su vez señalara fórmulas para superar la crisis
planteada por la depresión.9
De
esta manera se inicia un proceso, por una parte "espontáneo" y, por
otra intencional, de parte del gobierno para estimular la
industrialización. Para impulsar estos cambios, Getúlio Vargas se
convierte en el gran organizador de una nueva alianza que impulsa el
tránsito de un país dominado por las oligarquías y predominantemente
rural a otro urbano e industrializado. La caída de los "barones del
café" es suplantada por el ascenso de las capas medias, los movimientos
de los tenientes, la clase obrera y sectores industriales.
En
particular, para el desarrollo del presente trabajo merece destacarse
el caso de los tenientes. El «tenientismo» fue el nombre dado al
conjunto de revueltas que establecieron la participación de los jóvenes
oficiales en el proceso político del Brasil a lo largo de la década de
1920. Éstos fueron los grupos más activos dentro del ejército y
constituían la expresión de sus cuadros medios, esencialmente jóvenes
egresados de la escuela militar y que pretendían hacer la transformación
real del país. El ejército se había convertido en una embajada
receptora de las inquietudes de las capas medias de la población; por
cuanto el acceso al ejército se mantenía abierto para dichos sectores.
El "tenientismo" no tenía un esquema teórico o plataforma ideológica
definida, pero actuaba ante un estado de cosas existentes en el país que
lo impulsaba a tomar posición. Observaban un país anarquizado donde
imperaba en la región del Nordeste la acción de los "cangaceiros" (grupo
de bandoleros armados, practicantes de un bandidismo social).10
En la región Sur, mucho más prospera, el poder civil estaba controlado
por oligarquías voraces. En general los tenientes consideraban que
Brasil tenía una estructura socio económica decadente. Contra este
estado de cosas adversas, estos jóvenes militares reaccionan.
La
primera acción directa de los jóvenes tenientes se produjo en 1922, en
el Fuerte de Copacabana, en Río de Janeiro, cuando diecisiete oficiales y
un civil terminan siendo masacrados por las fuerzas oficiales leales
del gobierno en las playas de la ciudad. Dos años después, en 1924, se
produce una nueva insurrección en São Paulo. En medio de la contienda
ocurre un incidente revelador de la mentalidad de los tenientes. En una
reunión decisiva, un prominente representante del grupo toma la palabra
para pedirle a sus colegas hacer la revolución pronto, antes de que la
haga el pueblo.
La
revuelta nuevamente fracasa, pero se produce un repliegue de los
comprometidos hasta el Estado de Río Grande do Sul, dirigido por el
teniente Miguel Costa. En este Estado, se encuentran con el ingeniero
militar Luiz Carlos Prestes, quien estaba construyendo un ferrocarril.
Prestes no pudo participar en el primer alzamiento de los tenientes en
Río de Janeiro por encontrase enfermo. En esta oportunidad, al
reorganizarse los insurrectos, emprenden la célebre marcha dirigida por
Prestes, andando por más de 24 mil kilómetros a lo largo del inmenso
Brasil, propagando la idea de la reforma agraria, la justicia social y
la esperanza de construir un país mejor. En general, el movimiento
"tenientista" es considerado en la bibliografía como una manifestación
temprana del militarismo brasileño, otros lo consideran como un grupo de
vanguardia que anuncia el ascenso de las clases medias en Brasil. Los
tenientes participaron de manera decisiva en la Revolución del 1930 y
posteriormente se convierten en aliados integrantes del Gobierno
provisorio de Getúlio Vargas. El presidente, con habilidad, los utiliza
para designarlos como gobernadores interventores en los estados,
tratando de suplantar el antiguo orden federal vigente durante la Vieja
República. Particularmente, en el Estado de São Paulo, Vargas nombra al
teniente João Alberto, quien rápidamente entra en confrontación con los
sectores vivos de la ciudad más industrializada e importante del Brasil.
Esta situación se va agudizando y en 1932, se produce una revolución
separatista. Las características de este movimiento lo señalan como uno
de los pocos participantes con estas manifestaciones, por lo que motiva
su estudio a los historiadores brasileños, quienes encuentran, entre
otros aspectos, el enfrentamiento entre la modernidad representada por
São Paulo y el atraso imperante en el resto del país. El movimiento
liberal encuentra en la causa separatista de São Paulo fuerza apropiada
para luchar contra las pretensiones de la dictadura intervencionista que
irrespeta el derecho del influyente Estado. El levantamiento logra
despertar el entusiasmo regional de los habitantes de São Paulo y se
forma un amplio frente representado por los diferentes sectores sociales
paulistanos. Por su parte, Vargas la consideró como una "contra
revolución, un movimiento reaccionario que pretendía retrotraer al país a
la situación anterior a la Revolución del 30."11
Al
final del conflicto se produce un gran acuerdo de conciliación entre el
gobierno nacional y el Estado de São Paulo. Resulta muy revelador el
astuto comportamiento de Getúlio Vargas, ya que el presidente, por una
parte aprovecha la oportunidad para apartarse de los tenientes y
acercarse al ejército nacional dirigido por el general Gois Montero y,
por la otra, logra ganar el apoyo de representantes de los sectores
cafetaleros que habían sido expulsados del poder por efectos del triunfo
de la Revolución de 1930. El comportamiento de Vargas es un ejemplo de
su captación de la oportunidad y de cómo la capitaliza para su propio
beneficio. Su figura se presenta como la de un personaje que sabe
adaptarse a las circunstancias, que trata de evitar o de crearse
enemigos inútiles; todo lo contrario, busca cada vez que se le presenta
la ocasión, crear nuevos aliados o adeptos que le puedan ser de utilidad
para sus fines. En el estilo de gobierno y de conducción de Vargas se
observa la utilización de los ya conocidos medios empleados por los
políticos populistas de aprovecharse de las ventajas del gobierno para
ofrecer empleos, propinas, facilidades de toda naturaleza a sus amigos, o
aquellas figuras o personas que le pueden ser útiles para la
consecución de sus fines políticos. Vargas, hablando de sí mismo dijo en
una oportunidad que no era oportunista, pero aprovechaba las
oportunidades: "si veo un caballo ensillado que pasa frente a mí, lo
monto y me lo llevo". En otra ocasión, comentando su carácter
persuasivo, señaló: "Yo no tengo enemigos y si los tuviera no los
considero tan enemigos como para no poder convertirlos en amigos."12
La
clase obrera, que desde las primeras décadas del siglo veinte comenzó a
tener su presencia en el escenario histórico brasileño, venía
ampliándose después del aumento del trabajo libre como producto de la
abolición de la esclavitud en 1888. De esta manera la transformación del
artesanato en manufactura y éste a industria, acompañado del proceso de
proletarización de los artesanos, convertidos en trabajadores
asalariados, se venía intensificando a finales del siglo XIX.
El
crecimiento de los sectores obreros continuó con el fenómeno de
urbanización en la región Sur del país y por el proceso migratorio
surgido con la producción del café. Este último movimiento, altamente
incrementado durante las primeras décadas del siglo XX, permitió la
llegada al Brasil de 2 millones de inmigrantes. Este movimiento
demográfico es acompañado por el incremento de las migraciones internas
procedentes de la Región del Nordeste hacia los nuevos centros
generadores de empleos localizados en el Sur, principalmente en São
Paulo. Entre 1920 y 1940, el proletariado industrial creció de 275.512 a
781.185, para alcanzar en 1950 la cifra de 2.256.807.13 Mientras se crearon 939 sindicatos y se encontraban sindicalizados 797.691 trabajadores en 1946.14
En
la era de Vargas el aumento de la población trabajadora presiona
fuertemente para tener acceso a los empleos urbanos. Igualmente,
estimula la ampliación de las posibilidades de consumo y demuestra una
clara orientación por la participación política para, a través de esta
vía, ampliar sus derechos de ciudadanía. Una de las primeras medidas
tomadas por Vargas después de 1930 fue la creación del Ministerio del
Trabajo, Industria y Comercio (MTIC), llamado el "Ministerio de la
Revolución". Para ocupar el cargo, el Presidente designa a su
coterráneo, el farmacéutico Lindolfo Collor, quien desde el cargo
proyecta a escala nacional algunas modalidades organizativas propias de
Río Grande do Sul.
La
situación indefinida de Vargas como Presidente provisional se ve
sacudida por la Revolución paulista de 1932, y para superar las
fracturas políticas y tratar de conciliar nuevamente al país, se
convocan elecciones para formar una Asamblea Nacional Constituyente. El
cuerpo deliberante tenía como finalidad darle piso jurídico a la
Revolución del 30, lo que se consigue con la aprobación de la
Constitución de 1934, dando inicio formal a la Segunda República. La
nueva carta magna era de orientación democrática y consideraba la
alternabilidad gubernamental cada cuatro años. Vargas demuestra una vez
más su habilidad política, y es designado por el Congreso para cubrir la
presidencia hasta 1938.
Sin
embargo, en los dos años siguientes se produce el colapso de las
aspiraciones democráticas consagradas en la Constitución. Por parte de
la izquierda, se menosprecia la fórmula democrática y se busca una
salida revolucionaria. La conspiración alcanza su momento más
significativo con la intentona comunista de 1935. Luiz Carlos Prestes
había regresado de manera clandestina al país, procedente de Moscú, en
donde se había planeado y conseguido el financiamiento para la
insurrección. Prestes contaba con el apoyo del movimiento comunista
internacional y traía de Rusia, como guardaespaldas, a Olga Benário, una
inteligente y aguerrida militante alemana judía, designada por el
Kremlin.15
Con
propósitos subversivos, el partido comunista crea "La Alianza de
Liberación" para infiltrar el movimiento sindical e instigar la rebelión
popular. Sin embargo, los principales contactos de Prestes los realiza
con sectores del ejército y decide intentar con ellos un golpe de Estado
contra Vargas. El levantamiento es develado, y los sectores
comprometidos abren operaciones en la Escuela Militar de "Praía
Vermelha" en Río de Janeiro, y los complotados establecen conexiones en
las ciudades del Nordeste de Recife y Fortaleza. El golpe fracasa y le
permite al gobierno decretar una Ley de Seguridad Nacional y hacer
grandes redadas, encarcelando y desarticulando el "peligro comunista".
Entre los detenidos se encuentran Prestes y Olga Benário, quien se había
hecho su esposa en los tiempos de clandestinidad. Olga es entregada por
el gobierno de Vargas a la SS alemana y termina muriendo en un campo de
concentración.16
La
intervención de los sindicatos le permite a Vargas emprender un amplio
plan de reorganización del movimiento obrero, conocido como la
"cuadratura sindical". Los sindicatos empiezan a ser organizados desde
la cúpula del Ministerio del Trabajo siguiendo una estructura vertical,
en la cual los diferentes gremio, como por ejemplo transporte,
banqueros, maestros, etc., no podían tener la posibilidad de entenderse o
comunicarse entre unos y otros. Por otra parte, los fondos económicos,
productos de los ingresos del pago de un día de salario de los
trabajadores y la justicia sindical integrada por un tribunal laboral
se encontraban también controlados desde el Ministerio del Trabajo.
Adicionalmente, surge una nueva figura en la estructura organizativa del
sindicato: "el pelego". Éste era un dirigente designado de una manera
"disfrazada", por el Ministerio del Trabajo, para dirigir los sindicatos
y era escogido, por el Ministerio, de una terna previamente presentada
por el sindicato.17
A
partir de ese momento, empleando la cuadratura sindical, el Estado
varguista mantiene un papel fundamentalmente de desorganización política
de la clase obrera, reprimiendo duramente la vanguardia inicialmente
integrada por anarquistas y sus organizaciones partidarias como la
Alianza Liberadora, y al mismo tiempo busca, apoyándose en los obreros,
establecen con el conjunto de las clases medias y burguesía industrial,
un nuevo tipo de relación. Este nuevo tipo de relación la coordina el
estado de compromiso que Vargas dirige.
Por
parte de la derecha, los efectos del totalitarismo europeo influyen en
sectores conservadores que creen oportuno organizarse ante el temor al
comunismo. Un profesor de historia brasileño, Plinio Salgado, quien
estudió en Italia, después de regresar a São Paulo crea el movimiento
"Acción Integralista Brasilera" de las camisas verdes. Estos grupos
fascistas participan de manera activa y pugnaz contra los sectores de
izquierda y durante una corta temporada "coquetean" con el gobierno de
Vargas, en el cual tienen fichas infiltradas; pero en 1937, ante la
indiferencia de Vargas para incorporarlos al gobierno del Estado Novo,
asumen la vía insurreccional, asaltando el Palacio Presidencial. Vargas
resiste, ante la tentativa de un `putsch', con su hija y pocos
ayudantes, la incursión armada hasta que llega el ejército y controla la
situación.18
A
partir de entonces, Vargas queda en el centro de la política nacional
después de liberarse de los tenientes, los comunistas y los
integralistas, y puede estrechar sus vínculos con el ejército. Así,
prácticamente sólo y sin contendores que le puedan estorbar el libre
tránsito del camino que se le abre, Vargas no encuentra dificultades en
escalar hacia el autoritarismo.
EL ESTADO NOVO, UNA VERSIÓN TROPICAL DEL TOTALITARISMO
El
10 de noviembre de 1937, Vargas, a través de la radio en su program,
"La Hora del Brasil", se dirige al país para anunciarle la existencia de
un complot comunista, el supuesto "Plan Cohen". El mismo había sido
previamente "montado" por el Alto Mando Militar para justificar el
autogolpe de Vargas. Con este argumento, el gobernante entierra la
Constitución democrática de 1934, e implanta otra de tipo autoritario,
redactada por el constitucionalista conservador, Francisco Campos. La
misma, la Constitución de 1937, es conocida como la "polaca", por su
espíritu corporativista y fascista.19
El
Estado Novo varguista, que se extiende hasta el final de la Guerra
Mundial en 1945, es uno de los períodos más controversiales y a la vez
más atractivos de la evolución histórica contemporánea de Brasil. Los
historiadores destacan la influencia, entre otras, de Franco, en España,
y/o el Estado Novo de Salazar, en Portugal.20 En cuanto a la
estructura y modelo del nuevo régimen, sobresalen el surgimiento del
alto grado de fortalecimiento del Estado, centralizado mediante métodos
dictatoriales y corporativos, el culto a la personalidad del "jefe",
Getúlio Vargas, y el empleo de un amplio sistema de propaganda
controlado por el gobierno. En cuanto a sus realizaciones, los
estudiosos del período reconocen el despegue de la industrialización
brasileña, (el "take off"), mediante el empleo y convergencia
institucional de los recursos del Estado a tal fin. De esta manera, se
intenta la formación de una nueva burocracia estatal y se implementa una
política exterior tendiente a favorecer la industrialización.
Al
principio Vargas adopta una política exterior ambigua, tratando de
sacar ventajas, jugando con las potencias involucradas en el
desencadenamiento de la guerra, concretamente entre Estados Unidos y
Alemania. Luego, atendiendo a la practicidad de los hechos y ponderando
los intereses del país, se decide por estrechar una alianza estratégica
con los Estados Unidos. Esto le permite a la potencia del Norte
establecer bases militares en la región del Nordeste, en la isla
Fernando de Noronha y la base aérea de Pornamirim, la cual se convirtió
en el núcleo de transporte aéreo y vigilancia de los Aliados en el
Atlántico Sur y, en 1943, fue considerado el aeropuerto más activo del
mundo.21 En contrapartida, Vargas consiguió de Estados Unidos
la presencia de la prestigiosa "The Cook Comisión", integrada por
destacados economistas de las mejores universidades norteamericanas y
ampliada con economistas brasileños. La Comisión recorrió el país entre
1942 y 1943 y elaboró un serio estudio de factibilidad del desarrollo
industrial del país. Posteriormente, se construyó la importante
siderúrgica de Volta Redonda, cerca de Río de Janeiro. La misma se
convierte en la base inicial de sustentación del desarrollo de la
industria pesada brasileña.
En
este tiempo, de vigencia del Estado Novo, Vargas logra establecer una
separación entre la política externa y la interna aplicada en Brasil.
Mientras mantiene dentro del país un régimen autoritario y restrictivo
de las libertades públicas, en el exterior apoya de manera decidida la
causa democrática en lucha frontal contra el totalitarismo.22
En 1944, forzado por la agresión de las fuerzas alemanas de Hitler, que
hunden varios barcos brasileños, causando la muerte de centenares de
sus connacionales, organiza una Fuerza Expedicionaria Brasileña (FBE)
compuesta por 25 mil hombres y entra en la Guerra Mundial. El 16 de
julio de 1944, el cuerpo expedicionario llega al puerto de Nápoles y de
allí se dirige hacia el norte de Italia, donde entra en combate en la
célebre toma de Monte Casino. La participación militar brasileña ha sido
elogiada por los aliados y por los historiadores de la contienda y le
confiere a Brasil reconocimientos internacionales todavía vigentes.23
Al
terminar la Guerra, la situación se le complica a Vargas al no poder
mantener una posición dual con relación a la democracia. Las primeras
manifestaciones, en 1943, expresadas en un manifiesto elaborado por los
intelectuales mineros, sigue con la combatividad de la Unión Nacional de
Estudiantes (UNE) y otros sectores que se suman pidiendo la
democratización del Brasil. El gobernante, reconociendo la nueva
situación planteada, llama a elecciones y permite la organización de los
partidos. Aparecen tres movimientos políticos importantes: el Partido
Trabalhista Brasileño (PTB), el Partido Social Democrático (PSD) y la
Unión Democrática Nacional (UDN). También, el Partido Comunista (PCB) es
legalizado y Carlos Prestes es liberado de la prisión.
Los
dos primeros aceptan el liderazgo indiscutible de Vargas, y el último
se declara opositor. El PTB se convierte en la maquinaria personal de
Vargas, se organiza desde el Ministerio del Trabajo y los "pelegos" se
convierten en los dirigentes medios del nuevo partido. El PSD Vargas lo
constituye de una manera más amplía, con la burocracia gubernamental,
sectores de las capas medias, así como representantes de los sectores
conservadores vinculados con la actividad agraria y las áreas rurales.
En cuanto a la UDN, se nutre de intelectuales, profesores universitarios
críticos del gobierno, y cuadros vinculados con la pequeña burguesía
brasileña. Mientras tanto, el presidente intenta conservar el gobierno
mediante la formación de grupos "queremistas", subversivamente apoyado
por los comunistas, que pedían su permanencia en el poder. Pero
finalmente, el 29 de octubre de 1945, el Alto Mando Militar le obliga a
separarse del cargo.
Vargas
es forzado a dejar la presidencia, pero se las ingenia para participar
en las elecciones del 2 de diciembre de 1945. Se postula para el
Congreso, apoyado por sus dos partidos, el PTB Y PSD, buscando la
representación de senador por los Estados de São Paulo y Río Grande do
Sul y gana en ambos Estados con amplio margen. Opta por quedarse como
representante de su Estado natal y de manera estratégica se aleja de la
actividad política, viviendo en su estancia en San Borjas. Desde allí,
sigue con cautela los acontecimientos políticos nacionales, y muy
ocasionalmente se dirige al Congreso en Río de Janeiro, donde en largos
discursos fija su posición crítica.
REGRESO A LA PRESIDENCIA EN "LOS HOMBROS DEL PUEBLO"
En
1950, las condiciones de Brasil habían cambiado sustancialmente con
respecto a las existentes al final de Guerra. La población había
aumentado y se acercaba a los 45 millones de habitantes, la capital de
la República, Río de Janeiro, pasaba del millón de habitantes, y São
Paulo, la más industrializada, tenía más de dos millones de habitantes,
(según el censo tenía 2.227.512). Además, otras grandes ciudades del
inmenso país, crecían a un ritmo más acentuado que el de sus Estados o
regiones. Las élites brasileñas que esperaban con entusiasmo la
continuación de la ayuda masiva de parte de los Estados
Unidos
para seguir con el proceso de industrialización fuertemente impulsado
durante la guerra, quedaron frustradas cuando la potencia del Norte
decide apoyar la recuperación europea mediante la aplicación del Plan
Marshall y dejar de lado las aspiraciones de los sectores progresistas
del Brasil. En el gobierno del General Eurico Gaspar Dutra (1946-1951),
la frustración de los emprendedores económicos nacionales se sumó al
desaliento de grandes sectores de las clases medias y populares, que
vieron limitadas sus aspiraciones de mejoramiento por las políticas
conservadoras y antipopulares del gobierno. El Partido Comunista de
Brasil (PCB) fue proscrito en mayo de 1947, gran número de sindicatos
clausurados, y los efectos de la inflación castigaron por igual a
amplios sectores de la población.
Vargas,
al ganar las elecciones y tomar el gobierno una vez más, intenta
establecer una conciliación nacional, y en tal sentido escoge un
gabinete de amplitud. Sin embargo, la dinámica nacional determina dos
tendencias contradictorias en el propio seno del gobierno: una
encabezado por el Ministro de Hacienda, Oswaldo Aranha, que sostiene una
política antinflacionaria mediante la congelación de los salarios, así
como del gasto público, y la del Ministro del Trabajo, Joao Goulart,
determinado por el aumento salarial de los trabajadores. Vargas se
debate entre estas dos tendencias, pero la posición de Aranha
progresivamente es apoyada por los sectores más conservadores agrupados
en el partido Unión Democrática Nacional (UDN).24
Este
partido apoya y gana las elecciones con el periodista Carlos Lacerda
para gobernador del Estado de Guanabara. Lacerda empezó siendo miembro
del Partido Comunista y participó en la insurrección de 1935, pero
posteriormente se convirtió en un furibundo anticomunista y declarado
enemigo de Vargas. Como gobernador, Lacerda tenía su sede en el Palacio
de Laranjeira, en Río de Janeiro; mientras Vargas se encontraba en el
Palacio do Catete en la misma ciudad. El gobernador opositor era dueño
del influyente periódico "Tribuna Popular", desde donde se escribían de
manera sistemática encendidos editoriales contra el Presidente de la
República; Lacerda tenía también un programa por la televisión en horas
del medio día, con una amplia audiencia. Como veremos posteriormente,
alrededor de esta figura se precipitó la crisis final de Vargas.
Los
sectores conservadores empezaron a alarmarse cuando Vargas comenzó a
asumir posiciones nacionalistas, e iniciaron una campaña, para
contrarrestar la consigna gubernamental: "el petróleo es nuestro", y
posteriormente, el decreto de la nacionalización del producto, mediante
la creación en 1953 de la compañía estatal Petrobras. Igualmente, Vargas
pretendía proyectar una amplia política de nacionalizaciones de las
empresas básicas, estatizando la economía. Ante esta posición, se abrió
un álgido debate nacional entre los "nacionalistas" y los
"entreguistas", quienes sostenían que Brasil no tenía ni el capital ni
la tecnología suficientes para sostener una economía de proyección
industrial de gran envergadura. El debate salió de la esfera civil para
convertirse en un problema interno de disciplina militar.
El
ejército brasileño tenía una vieja prédica anticomunista, iniciada en
la década de 1920 con los movimientos de "indisciplina", protagonizados
por los tenientes, la Columna Prestes y la insurrección comunista de
1935.
En
la década de 1950, la incidencia de la Guerra Fría empezaba a
distorsionar nuevamente la separación entre la política interna y la
externa del país, convirtiendo la amenaza comunista internacional en
asunto de política doméstica. Por una parte, los efectos de la Guerra de
Corea inciden considerablemente, después del termino del conflicto en
1950, en la caída de los precios de las materias primas, pero también
merece destacarse la perniciosa política de la Administración
Republicana del Presidente Dwight Einsenhower y del Secretario de Estado
Norteamericano, Jhon Foster Dulles, quienes sepultaron la Política del
"Buen Vecino" vigente por el Presidente Franklin Delano Roosevelt en
tiempos de la Segunda Guerra y le dieron campo libre a las
multinacionales para hacer "buenos negocios" en América Latina. En el
caso de Brasil, estos intereses golpean su economía, manipulando hacia
la baja los precios del café, principal producto de exportación. Esto
creaba, naturalmente, gran irritación en los sectores nacionalistas. Por
otra parte, la inestabilidad de Vargas al tratar de conciliar en medio
de aguas embravecidas, complicaba las cosas, y contribuía con la
radicalización de posiciones dentro del movimiento populista.
Vargas,
después de vacilar por varios meses, opta por aceptar la fórmula de
Aranha, y despide del Ministerio del Trabajo a Goulart, para entonces el
más fuerte candidato a sucederlo en la dirección del PTB, y al mismo
tiempo, odiado por los empresarios al decretar un aumento general de
salarios de 100%. Sin embargo, Vargas con esta maniobra política no
logra despejar las dudas de sus adversarios y, por el contrario, las
aumenta cuando en la concentración del Primero de Mayo de 1954 le dice a
la concentración obrera: "Ustedes están hoy con el gobierno pero muy
pronto estarán en el gobierno", creando la sensación que se orientaba
hacia la formación de una República sindicalista, como ocurría en
Argentina.
Las
relaciones con Juan Domingo Perón eran otro asunto conflictivo, en el
cual se complicaba la política interna y la externa, desestabilizando al
Gobierno de Vargas. La prensa brasileña denunció serios indicios con
relación a la ayuda económica de Perón para financiar la campaña
electoral de Vargas en 1950 y especulando sobre la existencia de un
pacto secreto entre los dos gobernantes para reactivar el Acuerdo entre
Argentina, Brasil y Chile (el ABC), propuesto inicialmente por el
Canciller Río Branco en 1910. El Acuerdo tenía como finalidad defender
las economías de sendos países, formando un bloque sudamericano para
contrarrestar la alta influencia de los Estados Unidos en la región.
También, los adversarios de Vargas acusaban al gobernante de seguir los
pasos del gobernante argentino.25
El
corolario de la crisis se inicia el 5 de agosto de 1954, cuando se
produce el grave incidente de la calle Toledo en Río de Janeiro.
Pistoleros contratados por Gregorio Fortunato, el más antiguo y fiel de
los guardaespaldas del Presidente Vargas, realizan un atentado contra el
Gobernador Carlos Lacerda, quien regresaba a su casa procedente de su
programa de televisión. En el atentado Lacerda queda herido en una
pierna, pero muere su acompañante el mayor de la aviación, Rubén Vaz.26
La grave imprudencia de Gregorio fue el argumento que necesitaban los
sectores militares para actuar e iniciar el impulso final para sacar a
Vargas del poder.27 Después de tensas negociaciones, el
presidente terminó por pedir una licencia del cargo por 90 días. Sin
embargo, la situación se complicó por cuanto el Ministro del Ejército,
general Zenóbio da Costa, y un número de 27 generales de todas las
tendencias, entre los que se encontraban los generales Pereira da Costa,
Juárez Tavora y Couto e Silva, autor posterior del controversial libro
sobre "Geopolítica del Brasil", deciden romper con todo tipo de
negociación con el Presidente. Vargas, exhausto y envejecido, con más de
70 años de edad, se despide de sus colaboradores más cercanos y a las
4:30 de la madrugada habla por última vez con sus familiares y antes de
dirigirse a su aposento entrega tres copias de una sentida carta
explicativa a su hija, Alzira, a un ayudante y a su delfín João Goulart.
Inmediatamente después, en su aposento, se escucha una detonación,
Vargas se había disparado en el corazón.
Al
día siguiente, el documento, uno de los textos más notables del
populismo y del nacionalismo brasileño, sería conocido como la "Carta
testamento" y fue leída con voz trémula por su sucesor político, João
Goulart, por la Radio Nacional del Brasil, transmitiendo en cadena
nacional a las 8:30 a.m. Su contenido es el siguiente:
Una
vez más las fuerzas y los intereses contrarios al pueblo se han unido y
se han desencadenado sobre mí. No me acusan; me insultan, no me
combaten, me calumnian, y no me conceden el derecho de defenderme.
Necesitan ahogar mi voz, mi acción, para que no siga defendiendo, como
siempre he defendido, al pueblo brasileño y principalmente a los
humildes. Sigo el destino que me ha sido impuesto. Después de décadas de
dominio y explotación de los grupos económicos y financieros
internacionales, me erigí en jefe de una revolución y vencí. Inicié la
tarea de liberación e instauré el régimen de libertad social. Tuve que
renunciar. Puse el gobierno en manos del pueblo. Una campaña subterránea
de los grupos internacionales se alió a grupos nacionales rebelados
contra el régimen de garantías del trabajo. La ley sobre beneficios
excesivos fue rechazada por el Congreso. Contra la justeza de la
revisión de salarios mínimo se desencadenaron los odios. Quise crear una
libertad nacional potenciando nuestras riquezas a través de Petrobrás, y
apenas esta comenzó a funcionar aumentó la ola de agitaciones.
Electrobras fue obstaculizada hasta la desesperación. No quieren que el
trabajador sea libre. No quieren que el pueblo sea independiente.
Asumí
el gobierno cuando la espiral inflacionaria destruía los frutos del
trabajo. Los beneficios de las empresas extranjeras alcanzaban hasta el
500% anual. En las declaraciones de valores de lo que importábamos
existían fraudes comprobados de más de 100 millones de dólares al año.
Llegó la crisis del café y nuestro principal producto se devaluó.
Intentamos defender su precio y la respuesta fue una violenta presión
sobre nuestra economía hasta que se nos obligó a ceder.
He
luchado mes tras mes, día tras día, hora tras hora, resistiéndome a una
presión constante, incesante, soportándolo todo en silencio,
olvidándolo todo, renunciando a mí mismo para defender al pueblo, que
ahora queda desamparado. Nada más os puedo dar, a no ser mi sangre. Si
las aves de rapiña quieren la sangre de alguien, quieren continuar
desangrando al pueblo brasileño, yo ofrezco mi vida en holocausto. Elijo
este camino para quedarme siempre con vosotros. Cuando os humillen,
sentiréis mi alma sufriendo a vuestro lado. Cuando el hambre llamare a
vuestra puerta, sentiréis en vuestro pecho la energía para luchar por
vosotros y por vuestros hijos. Cuando os vilipendiaren, sentiréis en el
pensamiento la fuerza para reaccionar. Mi sacrificio os mantendrá unidos
y mi nombre será vuestra bandera de combate. Cada gota de mi sangre
será una llama inmortal en vuestras conciencias y mantendrá una
vibración sagrada para la resistencia. Al odio respondo con el perdón. Y
a quienes piensan que me han derrotado les respondo con mi victoria.
Era esclavo del pueblo y hoy me libero para la vida eterna. Pero este
pueblo del que he sido esclavo ya jamás será esclavo de nadie. Mi
sacrificio pertenecerá para siembre en su alma, y mi sangre será el
precio de su rescate.
Luché
contra la explotación de Brasil. Luché contra la expoliación del
pueblo. He luchado a pecho descubierto. Al odio, las infamias, las
calumnias, no abatirán mi ánimo. Os he dado mi vida. Ahora os ofrezco mi
muerte. Nada recibo. Serenamente doy el primer paso por el camino de la
eternidad y salgo de la vida para entrar en la historia.
Fuente: El Nacional, Caracas 25 de agosto de 1954, sección internacional.
Evidentemente, con un acto tan teatral, Vargas servía a sus ideales y convertía su derrota en una victoria futura sobre sus enemigos.28
A partir de ese momento, se revierte el espíritu anti _ Vargas, y
surgen con violencia las fuerzas ocultas movidas por el sentimiento
emotivo del pueblo. El mismo día, la ciudad capital de Río de Janeiro
tiene que ser patrullada por más de 12 mil hombres fuertemente armados.
La sección internacional del periódico "El Nacional" de Caracas,
Venezuela, en la cual se había recogido la información de los
corresponsales internacionales, comenta los ataques populares contra la
Embajada de los Estados Unidos, el Ministerio de Aviación, los
periódicos "O Globo" y "Tribuna Popular", de Carlos Lacerda, además de
la sede del partido UDN. Así, la fuerza popular del `getulismo' en la
política brasileña frenó e hizo retroceder el golpe de estado de los
militares, contra el populismo, por una década, hasta 1964.
LA ERA DE VARGAS EN LA BIBLIOGRAFÍA
La
bibliografía de la era de Getúlio Vargas es bastante extensa y muy
variada en cuanto a su contenido. En el plano biográfico pueden
destacarse diversos trabajos importantes, empezando por el diario
personal llevado por Vargas y descubierto en 1990, publicado como Diario Personal, por la Fundación Getúlio Vargas de Río de Janeiro en 1995. Además se pueden señalar las obras de Helio Silva, Um tiro no coracão, publicado
por la editorial Civilizaçao Brasiliense; el historiador norteamericano
y paradójicamente hijo del Secretario de Estado en 1950, John W. Foster
Dulles: Getúlio Vargas Biografía Política, publicado por editorial Renas; los tres tomos del historiador y comunicador social Affonso Henriques titulado Ascensão y Queda de Getúlio Vargas, publicado en São Paulo por la Distribuidora Record y el libro de su hija Alzira Vargas, Getúlio Vargas, Meu pai publicado por la Editorial Globo.
Entre
las diferentes tendencias bibliográficas se encuentra la que aborda el
período desde una perspectiva de economista, como se presenta en la obra
de John D. Wirth, A Política do desenvolvimiento na Era Vargas,
publicado por la editora de la Fundación Getúlio Vargas. También, en
esta línea de pensamiento los autores resaltan la aspiración de Vargas
de implementar un modelo de capitalismo nacional auto sostenido con los
ingentes recursos disponibles del inmenso territorio brasileño, como lo
resalta José Augusto Ribeiro en A Era Vargas, publicado por la
Casa Jorge Editorial. Igualmente, un número importante de autores se
refiere a la tesis del subdesarrollo y las particularidades de la
evolución socio económica del Brasil en éste período como lo muestra la
investigación de Boris Fausto sobre A Revolucao de 1930 de la
Editorial Companhia das Letras. La segunda tendencia bibliográfica
importante hace mayor énfasis en los aspectos político institucionales,
resaltando el surgimiento, a partir de 1930, de un populismo
plebiscitario que alteró los mecanismos de poder en Brasil del Estado
preexistente de corte patrimonialista, como destaca el trabajo de
Octavio Ianni O colapso do populismo en Brasil, publicado por la
Editorial Civilizaçao Brasileira. También la formación de una fuerte
polarización del país en dos tendencias opuestas: el "getulismo" y el
"antigetulismo", que en la década de 1950 prácticamente fracturaba la
sociedad brasileña en dos como lo señala el trabajo de varios autores
entre ellos Adilsora de Oliveira, Vargas e a crisis dos anos 50,
de Jorge Zahar Editor. La tercera tendencia significativa reúne a los
autores que hacen mayor énfasis en el resquebrajamiento de las
oligarquías y el surgimiento de la presión creciente de las masas y su
transformación en un nuevo actor del proceso histórico, creando un nuevo
mercado político participativo: Ángela María de Castro Gomes, A invenção do trabalhismo, de la Editora Retuma - Dumari y Leoncio Martins, Partido e Sindicalismo de
Editorial Atica. Esta corriente bibliográfica hace hincapié,
igualmente, en el fortalecimiento del estado centralista, creado
especialmente durante el período del Estado Novo: María Celina D'
Arauyu. O Estado Novo, de Zahar Editor, 2005.
EL LEGADO DE VARGAS EN EL PRESENTE
Después
de más de medio siglo de la desaparición de Vargas, se puede reconocer
que ciertamente salió "de la vida para entrar en la historia," no sólo
del Brasil, en donde se le considera como uno de las figuras políticas
más influyentes del período contemporáneo, sino también de América
Latina y más concretamente, de América del Sur, en su actual proceso de
unificación política. En este Continente, Brasil se presenta hoy como el
marco
de referencia necesario y gran centro de articulación de la integración
de la región, logrando en la actualidad revertir la tendencia histórica
de rivalidades y antagonismos dominantes desde los tiempos coloniales,
cuando las apetencias geopolíticas enfrentaban los reinos de España y
Portugal. Vargas en 1950, con visión de futuro, previó la alianza con
Argentina y la formación de un bloque sudamericano para la defensa de
sus economías. También fue considerado en vida "el padre de los
obreros," y hoy por primera vez en su país, el presidente de la
República es un obrero, Luiz Ignacio Lula Da Silva. Aunque, sin embargo,
el actual presidente no puede ser considerado como uno de los
gobernantes populistas que sucedieron a Vargas después de 1954, por
cuanto el ciclo concluyó de manera drástica en 1964, cuando se produce
un golpe de estado militar. A finales de la dictadura militar, en 1983,
aparece Lula como dirigente sindical de los metalúrgicos, capitalizando,
en junio, la primera gran huelga general del Brasil producida después
del golpe militar de 1964 y en agosto, el Congreso de los trabajadoras
que constituye la Central de los Trabajadores (CUT), en combate frontal
contra el sistema represivo. El nuevo liderazgo marca también el
surgimiento de un nuevo tipo de sindicalismo contrario al populismo
tradicional de la época de Vargas.
Posteriormente,
en 1989, los dirigentes sindicales acompañados por prominentes
intelectuales brasileños fundan el Partido de los Trabajadores (PT), que
en el 2002 logra ganar las elecciones y colocar a Lula en la
Presidencia de la República; sin embargo, el gobierno de Lula atraviesa
en la actualidad, en el 2005, por un serio proceso de desestabilización
política, pero a diferencia de lo ocurrido en 1954 cuando Vargas se
encontraba impotente para enfrentar la crisis, hoy Lula puede capear la
situación apelando a la estabilidad y al crecimiento económico.29
En este último medio siglo se ha operado un tremendo crecimiento
industrial en Brasil, que lo coloca entre las ocho grandes economías
industriales del mundo. Así, creo oportuno terminar con una de las
celebres frases de Vargas en la que afirmaba: "a nadie le permitimos que
dude de la grandeza futura del Brasil".
NOTAS
1
Es interesante establecer las semejanzas con la Historia de Venezuela,
en el sentido de que los andinos (excluidos del poder) llegaron a
Caracas a finales del siglo XIX con la revolución Restauradora, dirigida
por Cipriano Castro. En este caso son los gauchos también excluidos que
llegan triunfantes a la capital de la República, Río de Janeiro, y
amarran sus caballos en las plazas públicas.
2 Weffort, citado por Boris Fausto, A revoluçao de 1930. Historiografia e Historia (São Paulo, Compañía das Letras, 1997).
3
Según el historiador Juan José Arteaga de Zumarán: en el siglo XVII las
misiones crecieron y desarrollaron ocupando entre pueblos y estancias
en territorio de más de 100.000 km2. Los siete pueblos orientales fueron
entregados a Portugal por el Tratado de la permuta de 1750. Estos
territorios eran los mejores de todas las Misiones en la extensión y
profundidad de la tierra, tenían estancias muy capaces para criar vacas,
caballos, mulas y todo género de ganado mayor y menor. "Las misiones
jesuitas en el contexto económico de la región" en Los caminos del MERCOSUR. Historia Económica Regional. Etapa Colonial. Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 2004, pp 307-321.
4 Silvio, Helio. "Getúlio Vargas" Historia de América en el Siglo XX. Centro Editor de América Latina, 1971, pp. 141 _161. No 20.
5
Según el historiador Helio Silva, el apellido Vargas se deriva de Río
Grande do Sul por el matrimonio de una de las tres hijas de una familia
canaria que había entrado al Brasil, desde Uruguay. En Brasil, según la
costumbre portuguesa, predomina el apellido de la madre y es el que se
hereda. En otras versiones se indica que los Vargas llegaron al Caribe,
posiblemente de Cuba y de allí una parte de la familia se trasladó hacia
Venezuela y otra hacia Uruguay.
6 Ibídem.
7 Fausto, ibid.
8 Serrano, Jonathas, Historia del Brasil (Río de Janeiro, Imprensa Nacional, 1943), p. 50.
9 Baer, Warner. Industrialization and Economic Development en Brazil (Illinois, Richard Irwin Inc, 1965).
10
Estos grupos armados deambulaban por el inmenso sertón del nordeste y
atacaban los poblados y los hacendados, llamados de coroneles y
aplicaban su propia justicia quitándole a los ricos hacendados
(coroneles) para repartir entre los campesinos. Entre los jefes de
bandas destacó el terrible Lampeao, cuya captura se convirtió en un caso
de consideración nacional.
11 Getúlio Vargas _ Diario (Editoras Siciliano y FGV) p. 137.
12 Vargas, Alzira. Getúlio Vargas Meu Pai. Ed. Globo.
13 Datos de censos suministrados por Azis Simao en su libro Sindicato e Estado (Dominisus Editors, Brasil, 1966).
14 Mattos, Marceo Badaró. O sindicalismo brasileiro após 1930, R. J., Jorge Zahar Editor, 2003, p. 27.
15
Olga nació en Munich, Alemania, el 12 de febrero de 1908. Era hija de
Leo Benário y Eugenie Gutmann Benário, una familia típica de clase media
de Baviera. Su padre era un abogado respetado y miembro del Partido
Social Demócrata Alemán.
16 Amado, Jorge. Los túneles de la libertad. Ed, Futuro.
17 Etimológicamente, según el Novo Dicionario Aurelio, de Brasil, el "pelego" es el término dado a la piel del carnero.
18 Skidmore, Thomas. De Vargas a Castello. Paz e Terra.
19 Celina D' Araujo, María. O Estado Novo.
Ed. Jorge Zahar. Sin embargo, para Walter Costa Porto, el duro apodo de
"polaca" era la denominación dada en Río de Janeiro a todas las
prostitutas venidas del extranjero (Costa Porto, "A Constituçao de 1937"
en As Constitucoes brasileira, Ed. Brasiliense, 1993, p. 50).
20
En estos casos los autores destacan la influencia del pensamiento
conservador de la Iglesia católica y su influencia en la organización de
sistemas corporativos para sustituir la lucha de clases. También, se
hace referencia a la tradición histórica de carácter autoritaria
presente en las sociedades ibéricas.
21 Según el historiador brasileño Francisco Césae Feraz, en este aeropuerto se operaban hasta 800 vuelos diarios. En. Os brasileiros e a Segunda Guerra Mundial. Río de Janeiro, Jorge Zahar editor, 2005, p. 37.
22 Pinheiro, Leticia. Política externa brasileira. Ed. Jorge Zahar.
23 César Ferraz, Francisco. Os brasileros e a Segunda Guerra Mundial. Ed. Zahar.
24 Skidmore. Politics in Brazil. Oxford University Press.
25 Almeida, Hamilton. Sob os Olhos de Perón. Ed. Record, 2005.
26 Sobre estos impactantes eventos vimos la serie de TV Globo, Agosto 1954.
27 Dulles, John. Getúlio Vargas: biografía política. Ed. Remes.
28 Carone, Edgar. A Terceira República. Ed. Difel.
29 Revista Veja, Brasil, de junio a noviembre de 2005.
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